 |
El amor es ese cosquilleo tonto por otra persona.
Hombre o mujer, ¿que coño importará? |
Hace poco estuve haciendo un comentario de texto en Lengua que me indignó y me tuvo rompiendome la cabeza durante unas cuantas semanas hasta hoy. LA HOMOSEXUALIDAD, (así, en letras mayúsculas y todo) a la que todavía se le sigue atribuyendo una especie de barrera llena de silencio y falsa tolerancia que yo pensaba que habíamos superado. Pero por desgracia no es así.
Aunque el autor del texto no oponía ninguna pega al matrimonio gay, había un apartado en el cual exponía una serie de casos ciéntificos que relacionaban a la homosexualidad como una enfermedad, un trastorno psicológico e incluso como una especie de cáncer de la sociedad. La conclusión del autor era claramente a favor de la integración de estas minorías en una sociedad que los margina con unos valores prehistóricos y la protesta hacia un miedo incoherente hacia nuestros semejantes mediante un soporte científico sexista y no justificado, el cual siempre se encuentra apoyado por el modelo heterosexual.
Hasta aquí todo bien, pero en uno de los párrafos que se encoentraban después de estos argumentos, llega a una segunda conclusión donde el autor indica que la homoxesualidad, (aún siendo enfermedad) nos predestina y no somos capaces de elegir, es externa a nosotros, es por eso que tenemos todo el derecho de mundo a amar a quienes queramos. ¿Otra razón de peso?
Pongo punto y final a la opinión del autor para dar pie a la mía. Llamadme radical, impertinente o lo que quieran, pero no quedé conforme con la última fatídica frase. Lo siento, soy así de inquieto, pero no me parece (aunque quede como una razón más o como hipótesis) que se pueda comparar la homosexualidad con una enfermedad psicológica u hormonal... Lo siento, en ese abrazo no quepo. Me niego rotundamente ni siquiera a poner estos dos conceptos en el mismo plano.
Me di cuenta entonces de que existe todavía mucha intolerancia, al igual que con el racismo (del que ya hablaré más adelante). Es una especie de barrera de humo que da señales equivocadas pero socialmente aceptadas. Un ejemplo: "No soy homosexual, pero los acepto; eso sí, ¡que ni se les ocurra acercarse!". Tenía otra visión del mundo, la verdad.
Metamos mano a España, donde se llegó a la aceptación descarada (refiriéndome a total y completa) y triunfal de los matrimonios homosexuales. Perfecto, una treta socialista para conseguir votos. Se que resulta extremista, pero no soporto que la gente viva pensando los políticos obran pensando que lo hacen por nosotros, por la nación; nos equivocamos muchísimo. Para ellos no somos personas, somos votos con patas, somos papelillos animados fácilmente maleables en sus manos, papeles que les pagan sus mansiones y sus sueldos desmesuradamente altos.
No queriéndome desviar del tema (lo siento) ahora se está debatiendo suplir el matrimonio homosexual; ¿para qué? La gente se queja, pero bien que la mayoría vota al partido al que denominaremos "AZUL" esperando a que se nos saque de la crisis. ¿Qué pasa? ¿De verdad estamos renunciando al derecho de ser felices por unos zapatos que ahora no nos podemos comprar, o por unos trajes nuevos...? (refiriéndome a la clase media-alta. Mi más sincero apoyo a los obreros y pobres que de verdad lo está pasando mal)
¿Cuándo el dinero valió más que vivir dignamente sin avergonzarse de lo que uno es? ¿Cuándo el amor se convirtió en una enfermedad? ¿Cúando las palabras, ideología y comportamiento de la mayoria se ha convertido irreputablemente en la forma de ser en general? Yo se cuándo...Cuando nos invadió el pensamiento de: "¡Me la suda! Total, a mi no me afecta!". Ignorancia al fin y al cabo.
 |
"El amor, tal y como se concibe en la sociedad
hoy en día no es más que el deseo de dos
epidermis por juntarse. Nada más"
Chamfort |
El país sinceramente les digo, y que conste que me duele admitirlo, se está precipitando al agujero más negro la de todos, LA INVOLUCIÓN Y LA INDIFERENCIA. Va a ser verdad eso de que "Spain is different!"
